Muchos pacientes fumadores sufren las consecuencias del tabaco en sus dientes, además de afectar a su salud general, especialmente en personas que llevan muchos años fumando. Al fumar la nicotina y el alquitrán dejan residuos entre los dientes, manchas amarillas y marrones que no son fáciles de eliminar
Estas manchas mejoran después de una limpieza dental y un pulido de los dientes, aunque a veces se introducen en el diente, necesitándose un blanqueamiento dental o carillas estéticas en los casos más avanzados para arreglarlas.
Pero no solo se trata de manchas, se afectan las encías también, ya que el tabaco disminuye el riego sanguíneo, impidiendo que lleguen las defensas del organismo y dejando a la persona predispuesta a sufrir periodontitis. La disminución de riego sanguíneo también provoca que algunas heridas simples en la boca no se cicatricen con normalidad, lo que predispone al paciente a sufrir infecciones y úlceras.
Una de las lesiones de la mucosa oral es la leucoplasia o pre cáncer. Estas lesiones pueden ser detectada en revisiones periódicas, por eso es tan importante que pacientes fumadores visiten a su dentista con frecuencia para intentar prevenir o detectar con rapidez cualquier tipo de anomalía provocada por el tabaco
